El libro «Ética para Celia», escrito por Ana De Miguel y publicado por la editorial Ediciones B, va más allá de ser solo una ética dirigida a las chicas. Es una llamada a los chicos para que se atrevan a transgredir de verdad, a dejar de ponerse en el lugar de sus deseos y a ponerse en el lugar de las demás.
La filosofía nos enseña que lo importante son las preguntas que nos hacemos, siempre y cuando formulamos adecuadamente nuestros interrogantes y nos cuestionamos el fundamento de nuestros proyectos. La ética, por su parte, nos invita a ponernos en el lugar de los demás, y hasta ahora los hombres no se han puesto en el lugar de las mujeres. Con ellas, ha valido casi todo: desde borrar su nombre y su historia hasta la violencia sexual.
La filosofía, junto con la ética, puede ayudarnos a comprender las enormes contradicciones a las que las mujeres tienen que enfrentarse en un mundo patriarcal. Aunque los filósofos no hayan estado a la altura, sí han aportado una manera de pensar crítica que nos ha llevado a ser conscientes de las desigualdades y a cuestionar el sistema.
«Ética para Celia» nos invita a mirar de frente la realidad, que nuestra vida se ha construido sobre una doble verdad, con normas morales y fines vitales diferentes para mujeres y hombres. Esta doble verdad ha ido transformándose, pero aún no ha desaparecido. A las jóvenes ya no se les socializa con la idea de que sean para los demás, pero sí para ser deseables, lo cual no deja de ser otra forma de ser para los otros.